Septiembre de 1988. Esa fecha marca el comienzo de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. Su número fue creciendo año tras año hasta suponer el 12,84% del contingente total y, en los últimos años las hemos visto mandar Unidades y alcanzar el generalato.
La Reserva Militar de Voluntarios no ha sido ajena a este gran cambio y, desde las primeras convocatorias, las mujeres se han incorporado hasta suponer el 16,68% de los efectivos que forman la Reserva Voluntaria (datos de 2019), superando ampliamente la proporción del contingente regular.
Sobradamente preparadas
Los que hemos trabajado junto a ellas podemos dar testimonio de su excelente disposición, su sobrada cualificación y su capacidad de adaptación a la vida militar. Y han estado ahí, junto a los compañeros profesionales, en puestos de responsabilidad, desde embarques en buques de la Armada o con su participación en la Operación Balmis.
Y están ahí porque se lo han ganado a pulso, sin necesidad de cuotas y a pesar de un proceso selectivo que no se lo pone fácil.
Por este motivo y a punto de celebrar los actos del Día de la Fiesta Nacional, desde la Asociación ARES de Reservistas Españoles queremos rendirles homenaje con una breve entrevista a cuatro de ellas, que no hacen más que confirmar lo que ya hemos argumentado.
Paloma Bandrés Calle
Paloma (1967) es Técnico en Emergencias. Actualmente es formadora en los Certificados de Profesionalidad de Transporte Sanitario y Atención Sanitaria a Múltiples Víctimas y Catástrofes e integrante del Equipo de Respuesta Logística Inmediata de Voluntarios de Protección Civil ante Emergencias de la Comunidad de Madrid (ERIVE). Anteriormente ha sido Técnico de Emergencias en la Ambulancia de Protección Civil de Moralzarzal y auxiliar en Clínica Alfa Rehabilitación.
Brigada del Ejército de Tierra, está actualmente destinada en EMAD y anteriormente, en la Academia de Ingenieros, donde se le encomendó la gestión de la zona de aislamiento por la COVID-19. Como responsable de la Unidad de Cuidadores, colaboró en la recogida y reparto de mascarillas solidarias, gorros, pantallas y batas a hospitales y centros sanitarios, y ayudó a la realización de test de anticuerpos en la incorporación de los alumnos, junto al Servicio de Botiquín.
También ha sido activada en una ocasión en la UME, realizando tareas propias del servicio Sanitario del BIEM I.
Paloma es, además Vicepresidenta de la Confederación Aliada de Suboficiales de la Reserva (CISOR), y ha participado en diversas competiciones deportivas de CIOR y CISOR.
Preguntada por sus motivaciones para hacerse Reservista Voluntaria, nos contesta:
“Soy nieta e hija de militar y desde pequeña he vivido inmersa en el mundo castrense. Mi marido también es militar. En su momento, no pude ingresar como profesional, ya que, o bien no había acceso para las mujeres en las Fuerzas Armadas, o bien, cuando se permitió el ingreso, sobrepasaba la edad requerida.”
Sobre la dificultad para acceder a la condición de Reservista Voluntaria, comenta:
“Ninguna, en mi convocatoria del 2004, había suficientes plazas para ingresar, la plaza que obtuve en ese momento fue de las extintas SIN DETERMINAR, pasando luego a TÉCNICO DE SANIDAD.”
Fátima Fernández García
Fátima (Vigo, 1969) es educadora infantil, monitor deportivo (TAFAT), tecnico emergencias sanitarias (TES), especialista en seguridad (vigilante, escolta,explosivos) y guarda rural (caza y pesca).
Ha sido militar profesional en la Armada desde 1995 hasta 2003, habiendo participado en misiones internacionales y estando embarcada en las fragatas Cataluña y Baleares, así como en el transporte anfibio Castilla.
Actualmente trabaja como vigilante de seguridad para RENFE en Barcelona.
Como reservista voluntaria es sargento 1º de Infantería de Marina estando destinada en el Tercio de Armada, encuadrada en la Sección Deportiva.
Se hizo Reservista al no poder continuar su carrera militar profesional, para poder continuar relacionada con el ámbito militar.
Su pasado como militar profesional le facilitó el camino para ingresar en la Reserva Voluntaria.
Carmen Mª Bedia Ovies
Carmen (Figueras de Castropol, Asturias) posee formación universitaria en diseño industrial, mecánico y naval, lo que le ha permitido trabajar como proyectista 3D en los departamentos de diseño de diversas empresas de ingeniería, participando en proyectos de instalaciones industriales y buques.
Como Reservista Voluntaria es sargento del Ejército del Aire y está destinada en la Sección de Comunicación Estratégica del Gabinete Técnico del Jefe de Estado Mayor de la Defensa. En su actual destino está encargada del diseño gráfico tanto de diversas publicaciones, como de piezas para el sitio web del EMAD y redes sociales.
Preguntada por sus motivaciones para hacerse Reservista Voluntaria, nos contesta:
“Hace muchos años que conozco la figura del Reservista Voluntario, pero por razones laborales hasta el 2019 no he podido meterme de lleno. Siempre tuve ganas de conocer las FFAA desde “dentro” así que en cuanto pude, aproveché la oportunidad y tuve la fortuna de poder acceder. Me movió la ilusión, el empeño y el gran respeto que siempre he sentido por todos estos (a día de hoy) compañeros, a quienes admiro y de quienes aprendo cada día más de lo que aporto.”
Sobre la dificultad para acceder a la condición de Reservista Voluntaria, comenta:
“No tuve ninguna dificultad, en ese sentido reconozco haber tenido muchísima suerte porque sé que hay quien lo intenta varias veces y no lo consigue, bien porque se han presentado muchos a la misma plaza, bien porque es difícil reunir condiciones muy concretas a plazas específicas… hay un sinfín de causas, pero en mi caso parece ser que reunía unas condiciones muy específicas en una de las acreditaciones que presenté y acerté de lleno la primera y única vez que lo intenté.”
Ana Belén Herráiz
Ana Belén (Cuenca, 1971) es enfermera de profesión desde el año 1991, actualmente trabaja en el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, en la Unidad de Cuidados Intensivos. Además de rotar por diferentes unidades de este hospital y del Hospital Doce de Octubre de Madrid como enfermera asistencial, ha ocupado cargos de responsabilidad, pudiendo adquirir habilidades sobre gestión, como ha sido Supervisora de UCI y Directora de Enfermería.
Es Reservista Voluntaria desde marzo del 2020 y hasta la fecha ha disfrutado de una única pero intensa activación en el Patrullero de Altura Arnomendi, de la Armada Española, en la Campaña de Vigilancia y Apoyo pesquero durante los meses de junio y julio. Dentro de sus funciones como enfermera no ha sido sólo atender las necesidades de la dotación del barco, sino también la de la tripulación de los barcos pesqueros de las zonas donde se patrullaba y que, gracias a Dios, todo quedó en casos leves. Además, junto con el médico, han impartido cuatro Ejercicios de Sanidad con el fin de reforzar el adiestramiento de toda la dotación en cuanto a conocimientos en Primeros Auxilios.
Preguntada por sus motivaciones para hacerse Reservista Voluntaria, nos contesta:
“Nace de una vocación de servicio a España y a las Fuerzas Armadas. Un deseo de conocer a nuestro Ejército desde dentro y estar vinculada a él. Para mí no se trata de ser Reservista sólo durante los periodos de activación, consiste en vivir como miembro de las FFAA durante todos los días.”
Sobre la dificultad para acceder a la condición de Reservista Voluntaria, comenta:
«El acceso fue un proceso sencillo, todo según recogía la normativa. El trato fue exquisito y cercano en todo momento.»
Al final de la entrevista, concluye:
“No quiero despedirme sin manifestar mi agradecimiento al Ejército Español por abrirnos sus puertas al personal civil, así como por esta oportunidad brindada, por haber conseguido que me sienta como una más dentro de sus filas.”