Verónica Sánchez Moreno
El sargento RV Antonio Flores ha conseguido que la Maestranza Aérea de Sevilla vuelva a encargase de mantener la operatividad de los helicópteros de la Sexta Escuadrilla de Aeronaves de la Armada
“A D.Antonio Flores García, por su continua e inestimable colaboración con la Sexta Escuadrilla. Sin su participación probablemente no existiría esta relación de apoyo desinteresado de la Maestranza de Sevilla a nuestras aeronaves”. Este es el mensaje que aparece en el cuadro de homenaje que, hace unos días, le entregó el capitán de corbeta Jefe de la Sexta Escuadrilla de Aeronaves de la Armada al sargento RV Antonio Flores como agradecimiento a años de ardua labor.
Flores, que trabaja como Jefe del Taller de Motores en la Maestranza Aérea de Sevilla, llegó activado a la Sexta Escuadrilla por primera vez en 2010, donde comprobó que la unidad había perdido el contacto con la Maestranza y, como consecuencia de este hecho, algunos helicópteros permanecían sin operatividad. Y es que, los nueve helicópteros Hughes 500 de los que se compone la 6ª Escuadrilla cuentan con 40 años de historia. “Ya están descatalogados, por lo que el fabricante americano no suministra repuesto”, explica Antonio Flores. “La cúpula del piloto en el H500 está compuesta por muchos cristales, tanto superiores como frontales, inferiores y laterales, cuando yo llegué tenían tres helicópteros fuera de vuelo por el mal estado de los cristales y no podían sustituirlos porque ya no se vendían”, nos cuenta Flores. Por lo que la primera tarea de este sargento RV fue facilitar de nuevo la construcción de los cristales. Así, se comenzaron a construir los moldes de los cristales, lo que generó muchas horas de trabajo para la Maestranza Aérea de Sevilla a la vez que la 6ª Escuadrilla volvía a poner en vuelo los helicópteros que ya no estaban operativos.
De esta forma el sargento RV Antonio Flores volvía a poner en marcha la colaboración entre la 6ª Escuadrilla de Aeronaves de la Armada y la Maestranza Aérea de Sevilla del Ejército del Aire, que comenzó a aprovechar sus capacidades como centro de mantenimiento avanzado en apoyar a la Flotilla de Aeronaves (FLOAN). Desde entonces “cada vez que ha habido un problema por el que una aeronave se ha quedado en tierra sin poder volar este sistema de colaboración ha funcionado a la perfección, consiguiendo en un tiempo breve solventar los problemas y corregir las deficiencias de la unidad”, señala Flores. Todo ello ahorrando un coste considerable al erario público ya que algunas de las piezas obsoletas era posible conseguirlas en otros países pero a un precio muy elevado.
Durante estos seis años el Jefe del Taller de Motores de la Maestranza Aérea de Sevilla ha invertido muchas horas de trabajo fuera de la activación, por la tarde en su trabajo, tras las tareas de la Maestranza, y en su casa. “He seguido trabajando para la unidad fuera de mi activación”, afirma, “teniendo que compaginar mi trabajo con otro adicional que se me encomendó, que fue poner en marcha todos los trabajos que requiriera la Flotilla de Aeronaves, por lo que para mí ha sido un esfuerzo grande y horas de trabajo adicional que he tenido que implementar con las que ya realizo aquí para absorber esa carga de trabajo que entraba de la Armada, encargándome de las labores de coordinación y dirección”. Una relación continua, ya que Antonio se desplaza casi todos los meses a la Base de Rota para entregar y recoger trabajos. Aunque no como reservista voluntario sino como personal laboral del Ministerio de Defensa.
Y en uno de estos viajes fue cuando, por sorpresa, el capitán de corbeta Jefe de la Sexta Escuadrilla le entregó el cuadro y le hicieron ese pequeño homenaje que sirve como reconocimiento a esta ardua labor de Antonio. Lo cuenta emocionado, mientras explica que cree que uno de los motivos de este reconocimiento a su labor es que, pese a las horas de trabajo que le dedica a la Armada, lleva dos años sin ser activado. “Me he quejado porque después de tantas horas trabajando para la unidad en mi destino actual como personal laboral del Ministerio de Defensa no se me ha activado lo suficiente”, explica Flores. “Para mí sería mucho más fácil que se me activara, poder ir a Rota a prepararlo todo y no tener que dedicar tantas horas por las tardes y en mi casa”.
Antonio ha aprovechado su reciente visita a Rota para trasladar su petición a la Jefatura de la FLOAN ya que, debido a dicha situación, estas horas de trabajo no cuentan en su hoja de servicio. “Los reservistas voluntarios promocionamos en las Fuerzas Armadas en función de nuestro tiempo de activación. Si estoy realizando este trabajo pero no se me reconoce como activación pasarán los años y habrá compañeros míos que habiendo realizado menos horas de trabajo que yo van a ascender en el escalafón teniendo un reconocimiento profesional que yo no tendré”, explica el sargento RV. Su petición ha sido atendida y le han asegurado que intentarán activarle durante este año.
El caso del sargento RV Antonio Flores, como los de otros reservistas voluntarios, ponen de relieve la importancia de la figura del reservista voluntario y su labor, que va mucho más allá de los períodos de activación. “Abrimos canales y aportamos nuestra experiencia lo que, en ocasiones, como la mía, da muy buenos frutos”, puntualiza Flores.