Hay una cuestión sencilla, de sentido común, incluso sagrada, en la que estamos de acuerdo todos los miembros de la comunidad militar, incluyendo en ella a los militares profesionales, reservistas voluntarios y ciudadanos civiles miembros o no de asociaciones de veteranos, simpatizantes o cualquier otra forma de simpatía con nuestras Fuerzas Armadas: se trata de la preservación del prestigio, el buen nombre y la buena imagen de las Fuerzas Armadas y la Institución Militar.
El adecuado uso de los símbolos
Esto empieza, de forma imprescindible, por el adecuado uso de los símbolos que las representan. Estos son, en primera instancia los uniformes y sus distintivos, divisas y emblemas. Este uso está claramente regulado para el personal de las FAS, incluidos por supuesto, los RV.
La proliferación de asociaciones que hacen uso de determinadas prendas del uniforme, como las prendas de cabeza, en sus uniformes asociativos, resulta gratificante y da muestras de la buena salud del prestigio de nuestras FAS en el seno de la sociedad civil. Ojala algún día esto llegue a normalizarse entre los veteranos, como ocurre en muchos países donde haber pertenecido a las FAS es un orgullo para ellos y genera un gran respeto y admiración en el resto.
Uniformes cuasi-militares
Muy distinto es el juego de la indeterminación y despiste, en definitiva de la confusión, que practican algunas asociaciones que han diseñado uniformes asociativos a partir de uniformes reglamentarios; copias exactas con ligeras modificaciones que hacen imposible su distinción de los verdaderos para aquellos que no pertenecen a las FAS o son expertos en uniformología.
Algunos responsables del Ministerio de Defensa, profesionalmente relacionados con la Reserva Militar de Voluntarios, se muestran habitualmente muy vigilantes y hasta quisquillosos con los RV que acuden a algún evento vistiendo, legítimamente, con orgullo y con enorme decencia, su uniforme militar reglamentario, mientras hacen la vista gorda con estas asociaciones que juegan a la confusión y al despiste pareciendo lo que no son; en definitiva confundiendo a la ciudadanía, generalmente en eventos más carnavalescos que culturales.
Ello a pesar de existir un requerimiento de la subsecretaria de Defensa, Dª María Victoria San José Villacé, de fecha 31 de julio de 2008, con referencia 401/434/06 nº 2814, en el que se requiere a una determinada asociación de este tipo para que “cesen en el uso de signos, distintivos, uniformes y denominaciones de cargos de su asociación, que producen confusión por su similitud con los oficiales de las Fuerzas Armadas”. Acaba el requerimiento advirtiendo del inicio de acciones legales si no se cumple con dicho requerimiento.
No sólo no se han tomado acciones de ninguna clase que sepamos, sino que algunos militares profesionales se suman a sus eventos sin la más mínima vergüenza ajena y los que fiscalizan continuamente a los RV en su legítimo derecho a vestir de uniforme, miran para otro lado con los disfrazados.
El uso inadecuado del distintivo de Reservista Voluntario
Pero lo que más nos preocupa, no es lo anterior, que compete al Ministerio de Defensa y allá cada cual con su actitud, sino el uso concreto del Distintivo de Reservista Voluntario y también de la propia denominación “Reservista Voluntario” que hacen los que no son reservistas voluntarios o que lo hacen en vestimenta que no es un uniforme reglamentario de las FAS.
Hace apenas unos días, el Diario de Sevilla se hace eco de una noticia que titula “Reservistas de la Legión en la procesión del Carmen en Camas” y protagonizada por la llamada “Plataforma de Reservistas Voluntarios de la Legión”. Sin duda, su voluntad es la mejor, pero su confusión es también la más grande. No es culpa suya, en absoluto. El problema se deriva del despropósito normativo del Ministerio de Defensa, que ha creado una nutrida colección de todo tipo de “reservistas” entre los que encontramos:
- Reservistas Voluntarios (RV): nosotros, los que nos alistamos, superamos un concurso, unos procesos de formación y somos activables con la condición de militar.
- Reservistas Honoríficos (RH): son ex reservistas voluntarios que han cumplido sus compromisos.
- Reservistas de Especial Disponibilidad (RED): ex militares profesionales de Tropa y Marinería que agotan sus contratos de larga duración.
- Reservistas de Honor del Ministerio de Defensa: personas famosas o influyentes a los que el MINISDEF les da un diploma y se hacen una foto.
- Reservistas Voluntarios Honoríficos (RVH): esta es la madre del cordero. Cualquiera que hizo el Servicio Militar Obligatorio, la mili de toda la vida, que simplemente lo solicita y le dan un diploma. Estas personas, no tienen nada que ver con un Reservista Voluntario, ni tienen las obligaciones del RV, ni se pueden activar, ni tienen empleo militar, ni nada de nada. Tan solo tienen un diploma honorífico. Tampoco tienen, por supuesto, los pocos derechos que tiene un RV, principalmente el derecho a vestir el uniforme militar, incluido del distintivo de Reservista Voluntario.
El despropósito y confusión que el Ministerio de Defensa ha sembrado con esta colección, deriva en que todo vale y que cualquiera de esa lista, especialmente los últimos, los RVH, se autodenominan “reservistas voluntarios” y se arrogan los derechos que solo corresponden a los RV. La segunda derivada es que algunos mandos militares meten a todos en el mismo saco y relacionan el circo que montan algunas asociaciones, que nada tienen que ver con Reservistas Voluntarios, con la capacidad, responsabilidad y dignidad con que deben comportarse los Reservistas Voluntarios.
Hay que recordar que la normativa vigente sobre uniformidad en las FAS, indica que el distintivo de reservista voluntario, el cariñosamente conocido por todos nosotros como “Dos de Espadas”, es un distintivo militar. Del mismo modo, sin lugar a ninguna duda, la normativa indica que los distintivos militares solo pueden ser exhibidos en los uniformes reglamentarios y también que los uniformes deben ser vestidos en su totalidad, no pudiéndose vestir prendas sueltas o mezclas de uniformes.
Por eso, nos indigna cada vez que vemos a una persona, con vestimenta civil, llevar el distintivo reglamentario de reservista voluntario sobre la chaqueta. O aún peor, una persona con mezclas variopintas de vestimenta civil y prendas de uniformes reglamentarios, ostentando el distintivo de reservista, jugando a la confusión, o en el caso de serlo, vulnerando la normativa de uniformidad.
Con lo fácil que es conseguir un pin de esos en miniatura que se ponen en ojal de la solapa.
Si quien lo hace es un civil, debe saber que está incumpliendo la normativa legal y que no puede ostentar un distintivo que es militar y que no tiene derecho a lucirlo, por mucho que en su interior se sienta muy reservista voluntario. Si quien lo hace es reservista voluntario, pues aún peor, porque debe de saber que el distintivo solo puede portarse sobre el uniforme reglamentario y que el uniforme de un reservista es el uniforme militar y no el uniforme civil de tal o cual asociación, del mismo modo que no puede vestir una chaqueta civil con una boina reglamentaria, porque es un reservista y debe observar la normativa vigente de uniformidad en las FAS.
Distintivos «tuneados»
Mucho más grave aún y desde luego, mucho más indignante, es la mutilación que hace alguna asociación que ha adulterado, como se suele decir “tuneado”, el Distintivo de Reservista Voluntario añadiéndole una corona sobre él y pegando encima el escudo nacional, sin ningún tipo de mesura, vergüenza ni reparo. No solo juegan a la confusión y al despiste con nuestro distintivo, pues el reservista solo debe ostentar el Distintivo de Reservista y nunca un abalorio cofrade, sino que encima se lo ponen a modo de emblema de especialidad fundamental, cuerpo o ejército sobre los cuellos de sus uniformes civiles asociativos (exactos a alguna modalidad reglamentaria) e incluso a modo de placa policial sobre el pecho, dando a entender a todo lego que son lo que no son y jugando a no sabemos muy bien qué tipo de cofradía paramilitar carnavalesca.
Lejos de homenajear a las FAS o la Corona o promover de manera alguna la Cultura de Defensa, lo que hacen es un inmenso daño a la figura del Reservista Voluntario y por tanto a la Reserva Militar de Voluntarios que es parte ya indispensable de las FAS.
El Reservista Voluntario solo debe vestir su uniforme reglamentario y quien no es reservista voluntario no debe hacerse pasar por tal.