Los expertos, asesores y legisladores, que redactaron la Ley 17/99, ya pensaron que haría falta una Reserva Militar de Voluntarios (RMV) que sustentara, como 4ª pata de la mesa, un sistema de Fuerzas Armadas Profesionales que se hacía ya imprescindible ante la masiva objeción que ejercían los quintos cada año. Pero lo dejaron simplemente apuntado en la ley, más como declaración de intenciones que otra cosa y sin una idea de qué haría falta realmente.
El diseño original del modelo de la Reserva Voluntaria
En 2003, deprisa y corriendo, se publica el primer reglamento y la primera convocatoria que solo servía para iniciar una maquinaria administrativa y cumplir con los presupuestos, que no es poca cosa, y que generó una gran expectativa y esperanza en quienes creíamos desde el principio en la imperiosa necesidad de dotarnos de una RMV lo antes posible.
Este reglamento estableció un modelo que arrastramos ya 20 años y que nació condicionado por unas circunstancias de la época nada favorables a un diseño eficaz y mucho menos eficiente. No es eficaz porque no cumple con los objetivos de complementar las fuerzas regulares ni de garantizar la Defensa Nacional, y no es eficiente porque está plagado de imperfecciones que lo hacen socialmente inviable. Entre estas circunstancias pueden mencionarse como más importantes:
- La falta de un presupuesto realista capaz de financiar un modelo de RMV eficaz y eficiente.
- La falta de visión estratégica de los responsables, en los distintos niveles, que siempre pensaron que nunca haría falta, acomodados en un escenario geopolítico de los años 90, en el que España solo miraba a las misiones internacionales, apoyada siempre en la maquinaria de la OTAN, con contingentes pequeños y sin excesivas dificultades. Pensaban realmente que nunca habría que defenderse.
- Los complejos de un estamento militar estacionado en la creencia de su propia excelencia, que hace incapaz a un civil de instruirse y ponerse a su altura o, al menos, a una altura suficiente.
Los tres puntos anteriores pueden ilustrarse con numerosos ejemplos empíricos recopilados en los últimos 20 años, pero ese no es el objeto de este artículo, sino entender que es el momento de dejarlo atrás y evolucionar hacia un nuevo modelo más acorde con los nuevos tiempos y las necesidades reales de la Defensa Nacional.
La Cumbre de la OTAN en Madrid: un punto de inflexión
En la última cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid, el pasado mes de junio, se precipitaron decisiones y compromisos que no eran nuevos en absoluto, sino que los miembros sabían hace años que llegarían y que tan solo estaban aparcados, precisamente por ese apalancamiento de los europeos en un escenario geopolítico cómodo, de misiones a las que los gobiernos y la prensa se empeñaban en definir como misiones de paz, pero que siempre eran lideradas por los mismos y que no requerían mayores esfuerzos. Aquí es necesario decir que un esfuerzo militar de importante de verdad, no son unos pocos o muchos millones de euros para tal o cual misión en los, Balcanes o en Oriente Medio, siempre lejos de casa. Un esfuerzo militar importante de verdad es lo que hicieron los aliados entre 1939 y 1945.
En la citada cumbre de la OTAN, los que siempre hicieron los esfuerzos importantes, ya han forzado la precipitación citada y algunos países de la UE, que es lo que más cerca nos queda y donde hay que mirar, lo han entendido con claridad. Otros no han necesitado entender nada, porque su propio escenario geopolítico norteño les tuvo siempre en guardia.
Así pues, miembros de la UE como Finlandia, con 5,5 millones de habitantes, disponen de 1 millón de reservistas instruidos, armados y con capacidad real de combatir. Otros como Alemania, sobrepasan los 40.000 efectivos RV y se preparan para instaurar un nuevo Servicio Militar Voluntario de unos 6 meses que acabe dotando a Alemania de varios cientos de miles de RV, instruidos, con capacidad real de combatir y, por supuesto, con la protección del Estado. De los países anglosajones, con defensas territoriales perfectamente definidas desde la 2ª Guerra Mundial, no es necesario comentar nada porque Hollywood ya se encargó de hacerlo desde el primer día.
La lista de miembros de la UE que se están poniendo las pilas, es larga. Pero vayamos a las razones que subyacen en esta precipitación acontecida.
El presidente Zelensky ha entendido con claridad, desde el primer minuto de su propia circunstancia, la necesidad de contar con un contingente de RMV de verdad. No el contingente fruto de los tres puntos relacionados al principio de este artículo, sino un contingente joven, instruido, equipado y desde luego, grande. Como no lo tenía, porque también vivía en un cierto acomodo, a pesar de Crimea y el Donbás, ha tenido que recurrir a la leva obligatoria, cosa que en España es inviable pues la objeción de conciencia deja la Declaración de Reservistas Obligatorios en papel mojado. Es más que seguro que cuando se resuelva el conflicto Rusia-Ucrania su presidente tomará las medidas adecuadas para asegurarse dicho contingente en el futuro.
En definitiva, el nuevo escenario geopolítico en Europa ha sacado de su acomodo a las potencias europeas y ha dejado patente la necesidad de disponer de una RMV eficaz y eficiente.
Un modelo amortizado
El modelo español está más que amortizado por la tozudez de los tiempos y es imprescindible abordar una nueva Ley de la Carrera Militar y un nuevo Reglamento de Reservistas. Es imprescindible para ello acordarse de aquellos errores y corregirlos. Por el mismo orden:
- Es imprescindible dotar presupuestariamente un nuevo modelo de RMV más acorde a los tiempos, mucho más grande, más joven, instruido en el combate, desplegado y socialmente protegido.
- Es imprescindible que los gobiernos entiendan que la amenaza es real y que las cosas han cambiado, que ya no pueden seguir delegando sus responsabilidades en terceras potencias, sino que se ha de colaborar con equidad.
- Es imprescindible que el estamento militar entienda que necesita de una RMV potente, capaz de ayudarle a cumplir con sus misiones. Que entiendan que ellos solos no pueden.
Esta sustitución no puede esperar y es necesario, estratégicamente necesario, que se haga en la próxima legislatura y que se haga con valentía. Para ello será necesario explicarlo a la ciudadanía y asumir que no todos estarán de acuerdo.
Criterios para un nuevo modelo
El nuevo modelo debe diseñarse contemplando las amenazas reales y las necesidades que emanan de esas amenazas. Este modelo debería contemplar como mínimo, las siguientes premisas de inicio:
- Dos tipos de RV:
- Reservistas especialistas cualificados con las titulaciones acordes a sus funciones. Como hasta ahora.
- Reservistas con especialidad fundamental, con un límite de edad más bajo y en número suficiente.
- Protección laboral y académica del reservista por ley. Con los incentivos y acuerdos que fueran necesarios con los empresarios y centros educativos.
- Sistema de reclutamiento e instrucción adecuados a cada tipo de RV y escala, con el tiempo y presupuesto necesarios y con la periodicidad necesaria.
- Diseño de un procedimiento administrativo eficaz que permita una utilización rápida, optima y flexible de los RV.
- Apoyo a las familias como parte imprescindible del sistema, sin cuya colaboración activa todo modelo resulta inviable.
- Integración real de la RMV en la Defensa.
Es el momento de que los principales partidos políticos de ámbito nacional lo interioricen, lo asuman y actúen con sentido de estado en cuanto a la Defensa Nacional y lo lleven en sus programas electorales para la próxima legislatura. A continuación, gane quien gane, debe abordarse con valentía en la Comisión de Defensa y llegarse al acuerdo que corresponda, con el mayor consenso posible y llevarlo a cabo sin dilación.