ares@ares-resvol.es

ARES presente en la Marcha de los Cuatro Días de Nimega

01/09/2022

ARES presente en la Marcha de los Cuatro Días de Nimega

La Marcha de los Cuatro Días de Nimega (Nijmegen Vierdaagse en holandés), constituye uno de los principales eventos de carácter militar, deportivo y social que se organizan en Europa, siendo considerado, oficialmente, como el recorrido a pie más exigente del planeta, habiéndose ganado el titulo de “Walk of the World” (Caminata del Mundo), al tratarse de 166,8 km en cuatro jornadas.

Una marcha histórica

La primera edición se celebró en 1909 ya como una marcha cívico militar al participar 294 militares y 10 civiles, si bien, con varias localizaciones y recorridos, además del entusiasta apoyo de la familia real holandesa que premiaba a los participantes con la “Cruz de las Cuatro Jornadas” (Vierdaagse Kruis), establecida por Real Decreto de 6 de octubre de 1909.

No estableció su sede definitiva en Nimega hasta el año 1925, manteniendo desde entonces un fuerte apoyo local, pues eran plenamente conscientes del negocio que tal evento suponía para la ciudad y el interés de otras por apropiárselo, hasta el punto que en el año 1946, recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, organizaron una Marcha rápidamente porque otras ciudades mostraban su interés en convertirse en sede de la prueba.

La Marcha se convirtió en internacional en el año 1928 y en el año 1929 se efectuó una participación oficial española, sufragada por el Rey de España (según reza la Gaceta de Madrid de 19 de junio de 1929, en la Real Orden Circular 109 del Ministerio del Ejército) y en la que participaron dos equipos propuestos por la Escuela Central de Gimnasia, uno de oficiales y otro de sargentos. Según el Archivo de la Marcha, la participación de los militares españoles marcó esos días de prueba, por su amable carácter, llegando siempre los primeros (aun cuando la marcha no fue nunca competitiva), con todo su armamento y estando dispuestos a correr, a pesar de haber marchado los 40 kilómetros diarios; basta indicar que el Archivo nombra la edición de 1929 como “Holanda Olé”.

Los participantes

Debido a la enorme demanda que dicha marcha tiene, ya en 2005 se fijó su número máximo de participantes en 47.500, previo sorteo entre todas las solicitudes (con la excepción de la celebrada en 2016, la marcha número 100, que permitieron 50.000), de los cuales tan solo 5000 obtienen plaza para realizarla en su modalidad militar (40 kilómetros diarios, con uniformidad de campaña y nunca menos de 10 kilogramos a la espalda).

Lo que hace única esta marcha, además de la camaradería que se vive entre las diferentes fuerzas armadas que en ella se congregan, es la respuesta del público: cerca de dos millones de personas se congregan para ver pasar, agasajar y en definitiva animar, a aquellos dispuestos a completar la caminata. Las poblaciones por las que discurre el recorrido, igual todos los años, con variaciones entre cada una de las cuatro jornadas, compiten por hacer más agradable el paso de la marcha por su territorio, con el encanto añadido de poder ver, en primera persona, muchos de los principales escenarios de la “Operación Market Garden” de la Segunda Guerra Mundial, realizándose, sobre todo en las jornadas previas, ceremonias conmemorativas por parte de algunos de los contendientes en dicho conflicto.

Participación militar

Desde 1968 los militares se alojan en un gran campamento militar en el parque Heumensoord, conocido como Kamp Heumensoord, desde donde sale cada día la marcha en categoría militar, pasando por el gran símbolo del campamento, una escultura de dos botas militares y un casco que, marca el inicio y el final de cada jornada

Son varios los países que mandan contingentes de forma oficial, pagando parte de la organización del evento, así como ocupándose, de forma parcial, de la manutención la fuerzas allí enviadas; el resto, los llamados pequeños contingentes, deben pagar de forma individual su participación, siendo en la mayoría de los casos, compensados tras su vuelta a casa.

Ese año, España, en la modalidad militar, contó con uno de los grupos más numerosos a lo largo de todas sus participaciones, juntando algo más de una centena.

La presencia de ARES

De la asociación ARES, en la edición de 2022, se pudo ver caminar, y completar la marcha, a cuatro aguerridos participantes, que llevaron los colores de España y los Reservistas Voluntarios, con orgullos por tierra de Nimega, número que esperamos crezca en los próximos años.

Algunos de los miembros de la expedición española visitaron la cercana Ermita de Empel, levantada en el lugar exacto donde apareció el retablo de la Inmaculada Concepción.

El calor, el norte del continente no se ha librado de la ola que nos asola, fue protagonista destacado en esta edición, pero también la lluvia, que añadió un toque muy valorado, por aquellos que con espíritu de infante, acometen esta aventura. Igualmente, las ampollas son siempre un temido compañero de jornada, pero en la presente edición no fueron especialmente duras con ninguno de los miembros de ARES, aunque sí que se cebaron con algunos españoles, que esperemos ya estén recuperados.

Tras la satisfacción del deber cumplido, solo queda esperar la edición de 2023, en la que no dudo repetirán muchos de los compañeros que realizaron la de este año, no en vano, para un reservista del Ejército de Tierra, la de 2022, fue su sexta participación, y seguro no será la última, a los que, repito, espero se sumen muchos otros.

Crónica de Jorge Fernández Castro

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Ir al contenido